El cuidado de un enfermo en casa, casi siempre, se da de manera inesperada y a pesar de lo complicado que pueda llegar a ser, es importante ser empáticos con la otra persona, pues ellos no eligieron estar en esa situación, muchas veces no demuestran lo que realmente sienten o el mismo dolor los vuelve personas más difíciles de tratar y eso puede provocar que el ambiente sea complicado para ambos.
Y aunque pareciera que todo el cuidado e importancia está enfocada en el enfermo, también estás tú. Por eso recuerda que tienes que estar bien, independientemente de la situación del enfermo, no puedes tampoco descuidarte.
Para poder enfrentar de la mejor manera esta situación, te dejamos algunos puntos a considerar para que tanto tú como el enfermo puedan mantener el mejor ambiente posible:
- Conocer bien sus padecimientos: Toma en cuenta que esta situación puede ser nueva para ambos y la mejor manera de sobrellevarlo es estando informado. Mientras más conozcas acerca de la enfermedad o enfermedades podrás tomar mejores decisiones que harán que el enfermo pueda sentirse más tranquilo. Infórmate desde la higiene adecuada hasta las reacciones que pueden causar ciertos medicamentos.
- Toma cursos o capacitaciones: Si consideras que no estás lo suficientemente listo para ciertos cuidados no temas en tomar cursos. Te ayudarán a estar mejor prevenido y a saber actuar ante momentos inesperados. Serán de gran utilidad para ti, pues podrás realizar ciertas actividades con sin miedo a lastimar al enfermo.
- Contempla los grupos de apoyo: Los grupos no le ayudarán sólo a él, también pueden funcionarte a ti. Podrás estar más tranquilo. Muchas veces los pacientes al conocer a más personas que pasan por la misma situación logran sentirse menos aislados, más comprendidos y entienden mejor su proceso.
- Cuídate tú: Para poder atender a alguien más y mantenerte al mismo ritmo no te puedes descuidar. La rutina obviamente no será la misma, pero encuentra espacios para ti. Igual y tendrás que cambiar algunas actividades pero trata de seguir con las que más te gusten, en medida de lo posible. Come sano, toma descansos cuando sea necesario, el ejercicio puede ayudar a relajarte, y evita los vicios.
- Busca ayuda para ti: Como mencionamos anteriormente, no solo es él. El cambio a tu nuevo estilo de vida y la presión pueden llevarte a pasar momentos muy difíciles, en los que no podrás desahogarte con facilidad. No forzosamente tiene que ser un especialista, puedes ir con algún amigo que estés seguro que te escuchará y estará para ti en esos momentos. Y si lo crees necesario acude a terapias psicológicas. No pienses que invertir en tu salud es un problema, mejor piensa que te ayudará y así podrás sobre llevar cualquier situación que se te presente.
- Busca apoyo externo: Esto va de acuerdo a la medida de tus posibilidades y lo necesario que lo consideres. Si crees que se ha vuelto demasiado desgastante o estás considerando tomar un descanso puedes buscar alguna persona que te ayude a realizar ciertas tareas con el enfermo. Desde tareas sencillas como suministro de medicinas o aseo, hasta cuidados específicos.
Habrá momentos buenos y, sin duda, momentos malos, pero no olvides ponerte en el lugar del otro. Estás demostrándole tu amor a la persona enferma y que mejor que tener tan buenas intenciones, al estar informado, para poder llevar este proceso de la mejor manera. Toma en cuenta los puntos anteriores, pues te ayudarán en gran medida.
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Fuentes:
https://www.aarp.org/espanol/recursos-para-el-cuidado/donde-comenzar/