Expertos destacan la importancia de aprender acerca del manejo del dinero desde niños, pero son pocas las escuelas que aprovechan la influencia y conocimiento de los maestros para enseñar el tema.
Promover la educación financiera y una cultura del dinero positiva en los niños y jóvenes es esencial para asegurar una población educada en finanzas que sea capaz de tomar decisiones con conocimiento de causa.
Proporcionar una educación financiera para los niños y jóvenes es un componente importante en la transición de la niñez a la edad adulta y la formación de ciudadanos financieramente responsables. De acuerdo con la OCDE en su informe Improving Financial Literacy “la educación financiera debe comenzar en la escuela. Las personas deben ser educadas acerca de los asuntos financieros lo antes posible”.
Existen beneficios considerables al recibir algún tipo de educación financiera, mientras los jóvenes están todavía en un proceso de establecer sus comportamientos financieros personales. La investigación ha demostrado que hay una relación directa entre la edad del alumno y los cambios de comportamiento. A la luz de esto, es más probable que se retenga la educación financiera que se introducen en una etapa temprana de la vida, lo que por lo tanto aumenta el conocimiento.
Los maestros tienen la capacidad de explicación, la motivación y la entrega efectiva. También tienen acceso a los recursos, libros y tecnología. Los niños están en un ambiente de aprendizaje en la escuela y por lo tanto pueden ser más receptivos. Algunos padres pueden carecer del tiempo necesario, experiencia o interés de enseñar a sus hijos sobre el dinero.
En estudios realizados en Canadá y Estados Unidos se encontró que conforme los niños crecen, el conocimiento acerca de temas como el crédito, el ahorro o la inversión que pudieran haber recibido como parte de su educación, se vuelve más sólido solo cuando está asociado a recomendaciones concretas de práctica de su vida cotidiana.
La educación financiera de la población puede impactar positivamente en su desarrollo, porque al contar con ésta se beneficia a varios:
Los alumnos, quienes serían líderes informados y emprendedores de las generaciones futuras, apoyando a la economía nacional.
Los maestros y escuelas, gracias a que tendrán herramientas para poder transmitir los conocimientos financieros a sus alumnos y facilitar el seguimiento de los aprendizajes adquiridos.
Algunos ejemplos de lo que se le puede enseñar a los niños pequeños es:
Puedes mostrarles el valor y el precio de las cosas. Puedes buscar similitudes con los dulces que compran en el recreo, o lo que compran con su domingo, explícales que el dinero que tiene es limitado y tienen que aprovecharlo de la mejor forma posible, porque si compra las papas, entonces no le quedará dinero para comprar los chicles.
Otro ejemplo es descubrir el valor de las monedas y lo billetes, puedes hacerlo mediante juegos de tal forma que el niño aprenda cuántas monedas hay en un billete.
En Kondinero sabemos que los niños son los actores sociales y económicos en el presente y futuro, cuyas decisiones influirán en el desarrollo de sus sociedades y sus maestros son los pilares que les brindan las bases para tomar las decisiones correctas.
Fuente: Unicef, OCDE, El Economista, PwC.