El número de veces que vas al supermercado puede hacer una diferencia en el gasto que dedicas a la despensa mensual o quincenal para tu casa.
Los hábitos de compra de los consumidores cambian a medida que pasa el tiempo. Pero si hay algo que no cambia es la necesidad de comprar alimentos para llenar la despensa y el refrigerador.
La frecuencia con la que el consumidor acude a los establecimientos es clave, porque los precios y las ofertas cambian constantemente.
Entonces, ¿cuántas veces ir al supermercado? En esta pregunta entra en juego la organización de cada hogar y la necesidad de comprar productos frescos para la alimentación.
Los mexicanos gastan, al trimestre, 11,380 pesos en alimentos, bebidas y tabaco, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2020, elaborada por el Inegi.
Pero ¿qué es más rentable, comprar al mes o por semana?
Es complicado realizar una aseveración firme sobre el particular, ya que cada familia necesita un modelo de compra diferente.
Sin embargo, existen algunos productos cuya compra mensual puede resultar mucho más eficaz, de cara al ahorro, que realizarla semanalmente y, desde luego, diariamente; entre estos productos destacan los no perecederos, como arroz, pasta, legumbres, latas y conservas, aceite, artículos de higiene, etc.
En este sentido, realizar las compras mensuales permite aprovechar mucho más las ofertas, estudiarlas a fondo, y sobre todo planificar mucho mejor el consumo de este tipo de productos.
¿Cuál sería la mejor opción?
Depende mucho de tus patrones de consumo y de cómo realizas tu presupuesto de gastos. Tanto las compras diarias, semanales o mensuales tienen sus ventajas y desventajas:
- Cada día. La forma más “peligrosa” para que el presupuesto se dispare es realizando compras diarias. De esta forma, si no se es disciplinado, es posible que se termine sucumbiendo a los caprichos, hay más probabilidad de exponerse a las estrategias de marketing de los establecimientos.
Esta forma de compra es recomendable dejarla para ocasiones de necesidad puntual. En muchas ocasiones puedes esperar a la compra semanal o mensual, para adquirir el producto que te haga falta.
- Semanal. Acudir cada semana a comprar implica hacer una planificación a un plazo más corto de tiempo.
Una de las ventajas de acudir semanalmente a realizar la compra es que es posible aprovechar las variaciones de precios en los productos y por lo tanto ahorrar.
- Mensual. Requiere de una forma de planificación más a largo plazo y de una simplificación de la compra como tal.
Realizar una gran compra mensual puede hacer que se aprovechen mejor las ofertas disponibles en el establecimiento, al necesitar más cantidad de un mismo producto. La clave para este tipo de frecuencia es la planificación, organización y racionalización.
Organizar los alimentos en casa, otra forma de ahorro
Además de la planificación en la compra del súper, la forma en que mantienes la comida en casa también es importante.
Cuántas veces no has encontrado al fondo de la alacena una lata de atún que ya caducó, o compraste frutas o verduras que nunca usaste y terminaron por echarse a perder. Esto no solo es un desperdicio de comida, sino también de dinero.
¿Sabías que el refrigerador es el electrodoméstico que añade más gasto a tu recibo de luz? Está funcionando las 24 horas del día y requiere una energía considerable, en función a su tamaño y la cantidad de alimentos que tenga en su interior.
Organizar tu refrigerador puede ayudarte a que tus productos duren más, que logres ahorrar y que tu factura de luz sea menos costosa.
Hay que tener en cuenta que no todos los refrigeradores son iguales ni trabajan con la misma potencia. Sin embargo, una de las principales recomendaciones es que debes dejar espacio entre los alimentos, así como con las paredes, para que el aire dentro del refrigerador pueda circular con facilidad y enfríe mejor. ¿Pero cómo ordenarlo de forma eficiente?:
- Primeros estantes y puerta. En los primeros estantes van los alimentos que menor refrigeración necesiten, como la comida envasada, las latas de bebidas o incluso el sobrante de comidas anteriores. Por otro lado, la puerta es recomendable que esté ocupada por bebidas, mantequilla, envases de mayonesa, mermelada o catsup.
- Estantes de zona media. Aquí van alimentos como lácteos y derivados, huevos, embutidos y aquellos en los que indique que una vez abiertos deben conservarse en un lugar frío.
- Zona baja. Es la zona más fría del refrigerador, por lo que ahí van los alimentos frescos que necesitan una menor temperatura para su conservación como por ejemplo, carnes y pescados.
- Cajones. Hasta abajo están los cajones o el cajón para los vegetales y frutas. Ten en cuenta que estos cajones pueden tener una mayor o menor humedad y algunas frutas o verduras pueden echarse a perder más rápido.
Además, la alacena también debe estar ordenada, evitar poner los alimentos que acabas de comprar al inicio y empujar el resto hacia el fondo. Revisa periódicamente las fechas de consumo de los productos que tienes guardados, para evitar que caduquen.
Ahora ya sabes cómo realizar una compra del súper de forma efectiva y que los alimentos de tu casa duren más.
En Kondinero nos interesa que saques el mejor provecho a tus productos y por eso te ofrecemos un crédito de nómina que no requiere aval ni garantía.
Fuentes: El País, computerhoy, mujerde10, Inegi.