Durante todas las etapas de la vida tenemos contacto con el dinero, pero si les enseñamos desde pequeños a nuestros hijos cómo usarlo, les ahorraremos muchos dolores de cabeza.
Si desde que somos pequeños nos enseñaran educación financiera, quizá algunas historias serían diferentes hoy. Y es que a veces, ya de adultos nos cuesta trabajo llevar una finanzas personales sanas. Lo cierto es que la forma más efectiva de aprender es haciéndolo y equivocándose para saber cómo no hacerlo la siguiente vez.
Podemos hacerles la vida más fácil a nuestros hijos y llevarlos de la mano enseñándoles a lo largo de las diferentes etapas cómo manejar el dinero.
Cuando van al kínder y primaria
Un primer paso para la educación financiera para niños es el ahorro. Usa un frasco para que ahorre, de preferencia transparente para que pueda ver su progreso en el tiempo y se convierta en una motivación para seguirlo haciendo.
Enséñales en cada oportunidad que las cosas cuestan dinero. No es necesario que les digas cuánto cuesta cada cosa y debes pagar, sino haciendo referencia a su frasco con lo que tal vez aún no le alcance para algo que quiere.
Sé un ejemplo. Estará observándote así que es básico que encuentre en ti una imagen de una relación sana con el dinero.
Cuando son adolescentes
Debes explicarles el “costo de oportunidad”, que en términos simples no es más que cuando eliges hacer una cosa estás dejando de hacer otras, y eso cuesta. “Si te compras ese videojuego, ya no vas poder comprarte la bicicleta” o de cualquier otra forma para que entienda que sus decisiones tienen impacto en otras áreas de su vida.
Haz que el domingo sea ganado por hacer algo extra en la casa, como ayudarte a arreglar algo descompuesto, de esta forma entenderán que el dinero no crece en los árboles y tiene que ser ganado.
Pasada la adolescencia
Esta etapa es probablemente la más crítica. Si logras resultados en las dos etapas anteriores, lo que sigue debería ser relativamente fácil y la educación financiera en los niños habrá rendido sus frutos.
Ayúdalo para que busque aprovechar su tiempo, sobre todo en vacaciones, donde podría generar dinero, aunque sea solo para pagar sus propios gustos.
Explícale el funcionamiento de las tarjetas de crédito, específicamente que un préstamo no debe ser visto como dinero extra. Y si le prestas dinero, puedes pedirle algo valioso para él en garantía.
Aunque parezca fácil, ser constante a veces no lo es tanto. Si logras serlo la recompensa será llevar a tus hijos al camino de la libertad financiera.
Fuente: Publimetro, GBMfondos.