A la hora de elegir una tarjeta de crédito debes tener claro qué quieres hacer con ella y cómo funciona, sobre todo si es la primera vez que tramitarás este producto financiero.
En el mundo cada vez es mayor la tendencia a dejar de usar efectivo y, en cambio, contar con una tarjeta para hacer compras. Sin embargo, muchos aún le temen a adquirir una tarjeta de crédito.
Debes tener cuidado al adquirirlas porque aunque el mercado ofrece una gama de más de 150 alternativas, considerando tarjetas bancarias y comerciales, muchas de éstas te mencionan los beneficios y no los cobros e intereses que te cobran. Es por ello que existen una serie de filtros de selección que te pueden ayudar a identificar y analizar los aspectos que te resulten relevantes.
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) señala que la tarjeta clásica sigue siendo el principal producto, y representa 68.8% del número de plásticos en el mercado, es decir, seis de cada 10 tarjetahabientes se van por la opción estrella del banco, aun cuando hay tarjetas especiales para quienes viajan, compran en determinadas tiendas o necesitan un blindaje porque tienen una línea de crédito muy alta.
Todas sirven para lo mismo pero no son iguales. Son varios aspectos, desde la tasa de interés, el costo mínimo por apertura, las facilidades de pago, las comisiones, hasta el perfil que encaje con tu edad, ingresos o hábitos de compra y deuda.
Aquí te presentamos algunos filtros, identifica cuál o cuáles son los más importantes para ti o los más relevantes:
Tus hábitos de consumo
Define el uso que le vas a dar a la tarjeta, si la usas solo para una emergencia o para alguna promoción a meses sin intereses o con descuento especial, elige una que cobre una anualidad baja o que no la aplique. El objetivo es tener una tarjeta para uso eventual que genere el menor costo financiero posible.
Si por el contrario, quieres usarla para pagar cotidianamente todas tus compras y consumos del mes, analiza la anualidad pero también las comisiones y costos aplicados en las operaciones que realices. Adicionalmente, pon atención a las recompensas.
Tu ingreso
Es importante considerar el sueldo que tienes para poder elegir el tipo de tarjeta que puedes tener, así como para delimitar la línea de crédito que puedes manejar de acuerdo a tus finanzas. Además de que es poco probable que la institución financiera te otorgue una tarjeta oro o platino si tus ingresos son, por ejemplo de 10,000 pesos mensuales, porque la línea de crédito depende del ingreso del solicitante.
Tu estilo de vida
Debes identificar en qué gastas más y con qué frecuencia. Por ejemplo, si tienes que viajar regularmente, te conviene una que te otorgue millas de vuelo en cada compra. Otro ejemplo son los reembolsos en efectivo por tus compras, de esta manera puedes pagar con la tarjeta de crédito sin generar un saldo deudor ni disponer de tu dinero. Otros son los programas de lealtad y recompensas que ofrecen algunas instituciones financieras.
Tu historial crediticio
Si tu historial crediticio es positivo, seguramente no tendrás problema al solicitar otra tarjeta o cualquier otro crédito. Cabe señalar que el buró de crédito es un importante referente para que los emisores conozcan tus hábitos de pago, y en ese sentido, te otorguen una tasa de interés más baja o más alta, según sea el cumplimiento que hayas observado en el tiempo.
El costo de la tarjeta
El Costo Anual Total (CAT), es un indicador que engloba la tasa de interés, la anualidad y las comisiones que cobra a sus clientes un emisor por la tarjeta. Procura no basar tu selección solo en este indicador, ya que no incluye todas las comisiones y costos en los que puedes incurrir de acuerdo a tu estilo de pago o de consumo, por mencionar solo algunos.
Kondinero te ofrece créditos de nómina, sin la necesidad de tener historial crediticio o un aval, el trámite es sencillo y sin riesgo de olvidar tus fechas de cobro, ya que el pago se hace de forma automática a tu recibo de nómina.
Fuente: Condusef, Banxico, El Economista.